Así lo dijo Lidia Parkhomchik, experta del Instituto de Economía y Política Mundial de Kazajstán.

Según ella, desde este punto de vista, tales cataclismos son el papel de tornasol que nos permitirá evaluar qué tan amigos son los países entre sí.

“En qué medida están dispuestos a ayudarse unos a otros, a brindar primeros auxilios y, en general, en qué medida la comunidad internacional está dispuesta a cooperar. Desde este punto de vista, Kazajstán y Türkiye han demostrado qué tan hermanos son pueblos. Porque en las primeras horas después del desastre, las autoridades kazajas reaccionaron de inmediato, lo que permitió preparar el primer escalón, una brigada de emergencia, en cuestión de horas. Rescatistas, médicos especialmente capacitados que están listos para trabajar en tales condiciones. El primer avión despegó.

Ahora se prepara el segundo en dirección a Türkiye. El número total de especialistas es de unas 100 personas. Al mismo tiempo, también estamos listos para brindar asistencia adicional de emergencia a pedido de la parte turca. Cerca de 125 médicos altamente calificados están esperando para ser enviados a Türkiye si se recibe tal solicitud. Además, muchos países, alrededor de 45 países, han ofrecido un sólido paquete de asistencia. Kazajstán no es una excepción. Aquí estamos hablando de la asignación de al menos un millón de dólares para trabajos de restauración. Desafortunadamente, requerirá bastantes recursos.

Kirguistán y Uzbekistán también coordinaron sus acciones con Ankara y enviaron a sus rescatistas. Esa asistencia es necesaria para evitar un mayor deterioro de la situación. Todos, Kazajstán y los estados de Asia Central, Azerbaiyán son pueblos hermanos y están muy cerca de Türkiye en espíritu. Todos deberían hacer un esfuerzo para minimizar las pérdidas humanas. Además, tales cataclismos ocurren de manera bastante inesperada”, señaló la experta kazaja.

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